Mariel Armella ¿Cuáles son los ladrones de la vida? La fatiga, el desgaste emocional, el sobrepensar las cosas, la mala gestión del sueño y otros factores pueden estar silenciándonos sin que nos demos cuenta. Es importante que aprendamos a gestionar nuestra vida para ayudarnos a nosotros mismos a vivir mejor.
¿Qué es lo que estoy haciendo mal?
1.- NO DUERMES BIEN
No dormir entre seis y ocho horas tiene una consecuencia grave: la fatiga crónica. Durante la noche, nuestro cerebro descansa. Al no hacerlo correctamente, despertamos cansados e irritables. Estudios demuestran que, si dormimos menos de seis horas, existe un 30 % de probabilidad de desarrollar estrés y ansiedad.
Para lograr una rutina de sueño reparador, es importante dejar de usar el celular antes de dormir, reducir el consumo de cafeína durante el día y practicar ejercicios de relajación, meditación u oración.
2.- EL DESORDEN
La psicología ambiental ha demostrado que el desorden envía un mensaje constante de alerta al cerebro, generando una sensación de estrés y aumentando la fatiga mental.
El desorden en nuestro entorno también refleja un desorden mental. Tener un ambiente limpio y organizado nos brinda una sensación de paz y control, ayudando así a nuestro cerebro a relajarse.
Una estrategia útil es condicionar a nuestro cerebro: si una tarea de orden dura menos de dos minutos, debemos hacerla de inmediato.
3.- MIENTRAS MENOS NOS MOVEMOS, MÁS CANSADOS ESTAMOS
La falta de actividad física ralentiza la producción de sustancias en nuestro cuerpo que nos brindan vitalidad, como la dopamina y la serotonina. Estudios revelan que, con solo moverse al menos 15 minutos al día, se mejora el estado de ánimo, la memoria y la concentración.
Es importante integrar el movimiento en nuestra vida diaria.
4.- COMER BIEN
La alimentación es fundamental para mantener una buena energía. Los alimentos procesados y azucarados generan un aumento momentáneo de dopamina, seguido de una caída abrupta de energía, lo cual provoca somnolencia después de comer.
Los alimentos que contribuyen a una mayor vitalidad son los frutos secos, el agua, las proteínas magras y los carbohidratos complejos. Cambiar la alimentación nos ayuda a sentirnos con más energía.
5.- NUESTRA MENTE NOS PUEDE JUGAR SUCIO
Las preocupaciones, el sobrepensar y el desgaste mental pueden causar un cansancio incluso mayor que el físico. La autocrítica constante y los pensamientos negativos repetitivos generan un desgaste emocional permanente.
Debemos cuestionar nuestros pensamientos, preguntarnos: ¿lo que pienso es cierto? Cuidar nuestra energía mental es fundamental.
Vivimos en un mundo en el que siempre estamos ocupados. Invertir tiempo en nosotros mismos nos permite comer bien, ejercitarnos, cuidar nuestro sueño, darnos palabras de aliento y recargar nuestra energía.
