¿Has oído hablar del «skin-flooding»? Esta innovadora forma de hidratar la piel está marcando un antes y un después en las rutinas de belleza.
Una nueva tendencia en el cuidado del rostro ha captado la atención de especialistas y entusiastas del skincare por igual: se trata del skin-flooding, un enfoque que apuesta por saturar la piel con hidratación desde las primeras capas, aprovechando al máximo la humedad natural de la piel.
¿EN QUÉ CONSISTE ESTA TÉCNICA Y POR QUÉ ESTÁ DANDO TANTO DE QUÉ HABLAR?
El skin-flooding —literalmente “inundar la piel”— propone aplicar productos hidratantes de forma secuencial y sobre la piel aún húmeda, con el fin de maximizar la absorción de agua y mantenerla retenida durante más tiempo. El secreto está en crear una base hidratada y luego “encapsular” esa humedad con ingredientes que refuercen la barrera cutánea. El resultado: una piel más luminosa, suave y equilibrada.
Esta práctica parte del uso de activos como el ácido hialurónico, la glicerina o la niacinamida, que tienen la capacidad de atraer moléculas de agua y mantener la piel con un nivel óptimo de hidratación.

CÓMO INCORPORAR EL SKIN-FLOODING A TU RUTINA DIARIA
Aquí te sugerimos una buena rutina para poder aplicarla:
1. Limpieza inicial: Usa un limpiador gentil que respete el equilibrio natural de tu piel.
2. Hidratación previa: Rocía tu rostro con agua termal o una bruma hidratante antes de que se seque completamente.
3. Aplicación de sérum: Coloca un suero con componentes humectantes mientras la piel aún está húmeda.
4. Cierre con crema: Usa una crema con ingredientes emolientes para sellar la hidratación.
5. Protección solar (si es de día): Finaliza con un protector solar adecuado para tu tipo de piel.
Es muy importante no dejar que la piel se seque entre pasos. Mantener esa ligera humedad es esencial para potenciar los efectos de los productos.
¿ES APTO PARA TODOS LOS TIPOS DE PIEL?
Aunque el skin-flooding tiene múltiples beneficios, no es una técnica universal. Las personas con piel grasa o propensa al acné deben actuar con cautela. Utilizar demasiados productos o fórmulas inapropiadas podría bloquear los poros o provocar reacciones indeseadas.
Instituciones dermatológicas advierten que una hidratación excesiva o mal formulada puede alterar el equilibrio natural de pieles con tendencia al acné. En estos casos, se recomienda optar por productos no comedogénicos y consultar con un especialista antes de sumarse a esta práctica.
Es muy importante que conozcas tu tipo de piel y adaptar lo nuevo de manera consciente y personalizada. De esa manera lucirás una piel radiante.