Si hablamos de crecimiento económico inclusivo, invertir en el empoderamiento económico de las mujeres es estrechamente importante, para reducir las brechas de género y contribuir a la erradicación de la pobreza. Las mujeres son una parte fundamental de las economías, tanto como emprendedoras, trabajadoras en empresas, en el campo o en sus mismos hogares como cuidadoras domésticas no remuneradas.
A pesar de las contribuciones que hacen las mujeres, muchas aún no tienen acceso equitativo a los derechos, servicios y oportunidades, como igualdad de remuneración y trabajo decente, acceso y control a tierras, derechos de propiedad, tomando en cuenta los servicios financieros. Por eso es importante la formulación de políticas públicas sobre impuestos, presupuestos públicos y empleo para las mujeres.
EL PROCESO DE EMPODERAMIENTO ECONOMICO
El proceso de empoderamiento económico permite a las mujeres:
- Consolidar su confianza y su autoestima, incidiendo y contribuyendo en igualdad de condiciones al crecimiento económico de su país y de su localidad.
- Tener un acceso equitativo a los recursos y a las oportunidades económicas, ejerciendo un grado de control también equitativo sobre los mismos.
- Generar suficientes ingresos de manera sostenible para satisfacer sus necesidades y las de sus dependientes, con lo cual ellas pueden asegurar su autonomía y el desarrollo familiar y comunitario, alcanzar cierta capacidad de ahorro para reinvertir en actividades económicas y enfrentar situaciones urgentes.
- Tener la capacidad de tomar decisiones sobre la utilización de las ganancias que resultan de sus actividades económicas.
- Ser protagonistas reconocidas y valoradas tanto en iniciativas y proyectos de desarrollo como de ayuda humanitaria.
EN COCHABAMBA EL EMPODERAMIENTO ECONOMICO ES POSIBLE, CONOZCAMOS ALGUNOS
Hace algunos años, La Gobernación de Cochabamba ejecutó diversos proyectos dirigidos específicamente hacia iniciativas económicas lideradas y ejecutadas por mujeres. Por ejemplo, el proyecto de “Apoyo a Las Mujeres Organizadas para la Seguridad Alimentaria en el Trópico de Cochabamba”. Que tenía la finalidad de contribuir a la seguridad alimentaria y mejorar los ingresos familiares.
En 2008, surgió el proyecto “Red Nacional de Mujeres Emprendedoras”, una instancia liderada por mujeres de zonas rurales y urbanas, quienes realizaban emprendimientos económicos en diversos rubros como textiles, artesanías y alimentos.
También a partir del 2012 surgió Munama, una cadena de tiendas comerciales destinada a que las mujeres sigan con sus emprendimientos y puedan generar ganancias. Uno de los grupos de mujeres emprendedoras que formaba parte de Munama era la Asociación de Productoras Ulala, quienes elaboraban productos textiles manualmente y con lana de alpaca.
Actualmente existe “Adelante Mujer”, una iniciativa de empoderamiento a mujeres bolivianas que han vivido o están viviendo situaciones sociales muy difíciles – violencia de género, situación de calle, problemas de salud, entre otras. Defininen «empoderamiento» como el reconocimiento y la capacidad de conectarse con del poder que cada uno lleva adentro.
UN RETO CONSTANTE PERO ALCANZABLE
ONU Bolivia recomienda invertir en el empoderamiento económico de las mujeres. Según datos de esta organización, la participación laboral de la mujer boliviana es la más alta de la región con 62%, frente al 51% que se registra en América Latina y el Caribe. Sin embargo, sigue siendo notablemente menor que la de los hombres.
Las propuestas de empoderamiento económico en Bolivia deben partir de una correcta caracterización de las condiciones, potencialidades y dificultades que tienen las mujeres para lograr gestionar un emprendimiento propio y/o insertarse en el mercado laboral formal.
Es por eso que, para alcanzar esta meta, es necesario crear oportunidades de empleo digno y calidad que garanticen el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres y les permita generar ingresos y aumentar su poder de decisión en otros ámbitos de su vida. Es posible lograrlo no solo desde lo personal, sino también desde lo familiar y colectivo.
Autora: Serena Mayorga Fernandez