Mariel Armella ¿Sabías que cuidar la piel del frío tiene la misma importancia que cuidarla del calor? El órgano más grande del ser humano proporciona una barrera frente a los productos químicos nocivos, el calor y el frío, los microorganismos dañinos y las radiaciones solares. Las condiciones climáticas pueden afectar su estado.
Conservar una piel cuidada e hidratada es crucial para la salud, tanto para prevenir arrugas y manchas como para evitar la resequedad y posibles problemas a futuro.
Las zonas más sensibles a los efectos del invierno son las mejillas, los labios, el cuello, el escote y las manos.
PRECAUCIÓN CON EL AGUA
Una buena ducha con agua caliente es relajante sobre todo en invierno. Sin embargo, hay que regularse con la temperatura, ya que puede generar resequedad e irritación.
HIDRATACIÓN
Es recomendable hidratar la piel a diario y después de entrar a la ducha, especialmente si se tiene algún tipo de dermatosis, como dermatitis atópica o psoriasis.
PROTEGERSE DEL SOL
En el frío, no desaparece el riesgo de que la piel se dañe por la exposición solar, especialmente en una zona de nieve, donde se puede reflejar hasta un 80% de la radiación solar.
LIMPIEZA PROFUNDA DE LOS POROS
Mantener una rutina diaria para limpiar nuestro rostro de la suciedad del ambiente y factores externos es importante para una buena higiene facial. Sin embargo, en bajas temperaturas es recomendable que no te exfolies tan seguido, ya que puede ser más abrasivo de lo normal. Los profesionales sugieren utilizar limpiadores más gentiles con la piel.
CUIDADO DE LOS LABIOS
La piel de los labios es sensible, por lo que necesita cuidados especiales. Es importante usar hidratantes específicos para labios y que no tengan componentes altos en alcohol.
