Mariel Armella Las redes sociales han transformado la manera en que nos comunicamos. Han permitido conectar a personas queridas que se encuentran lejos y revivir amistades del pasado. Sin embargo, también han generado un impacto considerable en las relaciones de pareja, ya que los problemas derivados de su uso han crecido notablemente.
De acuerdo con un estudio, entre el inicio de Facebook y el año 2019, se registraron alrededor de 28 millones de divorcios en todo el mundo relacionados con conflictos originados por el uso de estas plataformas.
Un simple «Me gusta», un comentario o el consumo excesivo de las redes pueden generar inseguridad y desconfianza en la pareja, lo cual, con el tiempo, puede llevar a la disolución de una relación que inicialmente parecía sólida.
Algunos terapeutas de parejas determinan que el tiempo en la pantalla del celular resta tiempo de calidad a la relación. Este comportamiento puede crear un círculo vicioso que desgasta emocionalmente, desilusiona y aleja a las personas.
Los especialistas también resaltan que compartir en redes sociales de manera constante detalles de la relación puede ser perjudicial, ya que muchas personas se sienten presionadas por sus seguidores a hacerlos partícipes de cada aspecto de su vida. Esto puede generar conflictos si la pareja no sabe cómo manejar las crisis de manera privada, ya que las opiniones externas pueden interferir en la intimidad de la relación y aumentar la presión por las expectativas sociales.
¿Pero acaso no existen beneficios en las redes sociales?
Según estudios, no hay ventajas en cuanto a las redes sociales en la vida de pareja. Las relaciones se alimentan de la intimidad, no de la exposición pública. Por ello, para mantener una relación saludable en la era digital, lo ideal es evitar compartir demasiado en redes sociales.
Además, señaló que todo lo que se publique debe ser consensuado entre ambos, y deben entender que las redes sociales no representan la realidad. Es fundamental establecer reglas claras sobre su uso y definir juntos lo que se considera infidelidad digital, para evitar malentendidos y conflictos por desconocimiento.
