Mariel Armella Reconocer el vínculo traumático o también conocido como vínculo tóxico es muy importante para nuestro bienestar. Este hace referencia a una relación en la cual una persona desarrolla un apego emocional con otra que, en algún momento, tuvo experiencias traumáticas, abusivas o dañinas.
Este tipo de vínculo se forma a menudo en contextos de abuso, maltrato o negligencia y puede tener efectos duraderos en la salud mental y emocional de la persona afectada, algo que afectaría toda su vida.
La persona puede desarrollar ambivalencia emocional; siente una mezcla de amor y odio hacia el agresor o la figura de autoridad. A menudo, hay un fuerte deseo de buscar aprobación y una profunda sensación de traición.
Las relaciones traumáticas suelen estar marcadas por un ciclo de abuso con constantes momentos de reconciliación o cariño, lo que puede reforzar el apego emocional.
La persona afectada puede desarrollar una baja autoestima y una dependencia emocional del agresor, creyendo que no puede vivir sin él o ella.
Las víctimas a menudo sienten confusión sobre sus sentimientos y dudas sobre su percepción de la realidad, eso los lleva a cuestionarse a ellos mismos, ocasionando el sobre pensamiento.
¿Podemos Superar un vínculo traumático? Claro que sí, es muy importante aceptar e identificar su padecimiento para acudir a terapia psicológica.
Un profesional del área determinará la terapia cognitivo-conductual y la de procesamiento cognitivo, ya que estas pueden ser efectivas. La terapia centrada en el trauma, como la terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular), también puede ser útil.
Es de suma importancia comprender cómo funciona el trauma y el vínculo traumático, esto ayuda a las personas a reconocer y romper los patrones dañinos.
El autocuidado y el desarrollo de habilidades de resiliencia son fundamentales para la recuperación.
No tengan miedo de romper el vínculo traumático, es importante para el inicio de una vida con desenlaces verdaderamente placenteros y felices.
