Adriana Ortega Mendoza, es comunicadora social, estudió diseño y patronaje porque le encanta la moda, además de haber realizado cursos de post grado y una Maestría en Marketing. Actualmente es creadora de las marcas Camelia, Juliette y dos marcas más que próximamente saldrán al mercado.
Desde sus 18, Adri trabajó en diferentes programas de televisión, como revistas, deportes extremos y música, por ello pensaba que, al terminar sus estudios, no sería difícil encontrar un trabajo en su profesión porque sentía que tenía la experiencia.
“Cuando salí de la U, pensé que iba a tener el trabajo de mi vida, porque decía, tengo escuela, tengo el título, me he graduado por excelencia y llegado el momento, si bien había las oportunidades, haciendo números era algo irreal”, agregó.
Un día llegó una persona del exterior, quien le pide a Adri que se encargue del diseño y concepto de una tienda con un estilo de “parqueo” y que además combine con el autoventa que tenían. Entregado el trabajo, su cliente quedó feliz con el resultado y Adri descubría una nueva pasión.
En el proceso de seguir buscando el trabajo de sus sueños, Adri empezó a hacer bijouterie y al poco tiempo tres de sus amigas se convirtieron en sus promotoras, pues iban con sus maletines a los tés de sus mamás a ofrecer todo lo que ella hacía y así comenzaron los pedidos.
“La vida sabe por donde te manda, no era mi camino…me hubiese apagado como una vela como sentí en algún momento al trabajar en escritorio”, comentó.
A partir de ahí y con Nueva York como inspiración, fue incursionando más y más en el mundo de los accesorios y la moda, usando sus conocimientos en comunicación y marketing a través de las redes sociales; creando su primer emprendimiento lo que seria una conocida marca de accesorios.
Pero la vida no es color de rosa, el 2019 y a unos días del día de la madre, Adri perdió su negocio anterior tanto como el producto, la inversión que había realizado durante muchos años y todo lo relativo a la marca, una mala alianza ligada a una relación de pareja terminó por despojarla de cuanto logró con su esfuerzo.
“Me sentía devastada; porque no solo había perdido mi inversión, también mi razón de vivir y llegó un momento en que alguien me dijo: ¿de qué te preocupas?, tu tienes lo principal: las ideas y el conocimiento¨, además ¨nada mejor te hubiera pasado, porque ese es el precio de tu libertad; y verdad, ya no me sentía controlada, dominada ni atemorizada”, confesó.
Y una luz en tanta oscuridad llegó cuando una tía de Adri le ayudó a levantarse y comenzar de cero, es así que, para septiembre del mismo año, su nuevo emprendimiento abría las puertas bajo el nombre de Camelia.
“Tuve mi momento de crisis existencial, me acuerdo que estaba en La Paz, en un banquito en medio del mercado, y me preguntaba qué iba a vender si el capital no era suficiente, estaba haciendo una inversión en el punto de venta para lograr algo diferente pero los fondos no serían suficientes para surtirla”, añadió.
De esa forma, comienza una nueva etapa con el objetivo de dar espacio a mujeres creativas y que se alinean a las normas de estilo y calidad que tiene Camelia, con la idea de ser una tienda multimarca que se complementen entre sí.
Por otro lado, lanza Juliette, una línea de joyeria y bijouterie de alta gama, marca que expresa libertad, independencia y femineidad, muy ligada a ese deseo de retomar la pasión de su creadora.
Vienen muchos proyectos nuevos, próximamente saldrá al mercado Elodi, una marca de mayor consumo, por ser más accesible y con buena calidad, además de una línea para mascotas de la mano de Merlina Basics en la cual ella es parte del diseño creativo y comercialización.
Para Adriana es importante arriesgarse pese al miedo que se pueda tener y obviamente dar siempre el mayor esfuerzo que uno pueda porque mientras mayor sea la apuesta que uno haga, mayor será la recompensa.