Seguramente te ha pasado que tu jefe te llama fuera del horario o 3 minutos antes de salir del trabajo para solicitarte que hagas un informe lo antes posible o quizás tienes un familiar o amigo metiche que siempre opina de más (y termina ofendiéndote) y cualquiera que sea la razón, el resultado es tragarte la rabia y aceptar la tarea del jefe quedándote horas extras (sin remuneración alguna) o aguantando los comentarios desubicados de tu pariente o amiga.
Hoy te vamos a enseñar como puedes poner un alto a todas aquellas personas, que te causan cualquier tipo de malestar emocional y dañan tu salud mental, con respeto y sin quedar como maleducada, rebelde o problemática.
Saber establecer límites en todos los ámbitos de nuestra vida es muy importante y necesario porque esto determina nuestra seguridad, nuestra autoestima y las mejora, además permite que las otras personas reconozcan nuestro valor. De lo contrario, si no lo hacemos, la gente seguirá sobrepasando nuestros límites sin importar lo que pensemos o queramos.
Los límites son una línea imaginaria que no debe ser sobrepasada por otra persona, o por nosotros mismos, ya que la idea es proteger y cuidar nuestro bienestar emocional y nuestra salud mental, por ello debemos aprender a expresar nuestra inconformidad.
1. PON TUS LÍMITES
Esto te sonará muy obvio y quizás ridículo, pero aunque no lo creas, muchas personas ni siquiera saben cuales son sus límites, por eso te recomendamos que agarres un papel y lápiz, traza en el papel 4 columnas o las que tu consideres y en cada columna escribirás que límites quieres poner en lo personal, lo familiar, lo laboral, social, pareja, etc.
Por ejemplo si odias tener que quedarte trabajando después del horario de salida, pondrás en la columna de laboral «no trabajar más de las 8 horas (o las horas por las que te contrataron); si odias que una persona te maltrate, en la columna de social deberás poner «no permitir que la gente me levante la voz o la mano» y así sucesivamente.
Anotar es muy bueno porque así pones en evidencia lo que no deseas en tu vida, lo recuerdas y es más fácil no olvidarse de eso.
2. RESPETA TUS LÍMITES Y EL DE LOS DEMÁS
Ya sé que la frase «no hagas lo que no quieres que te hagan» está demasiado trillada, pero créeme que es muy cierto, así como es importante que tu pongas límites, también es importante que aprendas a respetar los límites ajenos y esto es cuestión de ser congruente entre lo que decimos que queremos, lo que queremos y lo que realmente terminamos haciendo.
Por otro lado, uno no puede pretender que el resto respete nuestros límites, cuando nosotros mismos no respetamos los nuestros ni los ajenos.
3. APRENDE A DECIR QUE NO
Al igual que tú, muchas veces yo también tuve bastante miedo de decir que NO a alguna situación o alguna persona y siempre el resultado fue sentirme más frustrada y desmotivada con la persona y conmigo misma.
No es malo decir que no, pero también tienes que aprender a expresarlo, si no quieres ir con tu pareja a una fiesta o no quieres participar de una actividad en el trabajo, intenta hablando con la persona que te invitó y explícale la razón, puedes comenzar por ejemplo diciendo lo siguiente «muchas gracias por la invitación Teresa, pero esta vez no podré asistir porque tengo algunas actividades que realizar, espero se diviertan mucho».
Y si tu jefe es de los que no conoce el «tiempo libre» y todo el tiempo te bombardea con ideas, trabajo y tareas incluso fuera del horario de trabajo, lo más recomendable es que encuentres un momento donde estén a solas, cómodos y relajados para explicarle que te encanta tu trabajo y la empresa, pero que no está bien que te mande mensajes laborales fuera de los horarios porque todos necesitamos un tiempo de descanso y de esparcimiento para disfrutarlo con la familia, la pareja y/o los amigos, porque si uno se satura demasiado, no puede ser lo suficientemente creativo ni productivo.
Estar atento y suscríbete a la revista porque el próximo miércoles te enseñaremos a cómo decir que NO de forma asertiva.